Joe creció cerca de la destilería, en una granja lechera situada a las afueras de Enniskillen, en el condado de Fermanagh, en un escarpado pueblo llamado Breagho. Ha sido el hogar de generaciones de la familia McGirr, la granja sigue en pie hoy en día.
Joe se inició en la hostelería a los 16 años, cuando trabajó en un restaurante local llamado Oscars. Después se trasladó a Edimburgo, donde estudió enología, antes de descubrir su pasión por las bebidas alcohólicas y las destilerías. En Escocia abundaba y florecía una comunidad de destiladores. En 2004 se embarcó en un viaje para trabajar en The Glenmorangie Company, en particular en la división de la Scotch Malt Whisky Society. Joe dedicó toda una década a trabajar para The Glenmorangie Company.
Tras su paso por Escocia, Joe se trasladó al sur para trabajar durante un breve periodo en la London Distillery, la primera destilería de whisky de Londres con más de 100 años. Mientras trabajaba allí, Joe empezó a soñar con volver a su Fermanagh natal para fundar su propia destilería.
En 2013 el sueño comenzó a materializarse en una realidad. Tuvo la suerte de encontrar un asombroso astillero en desuso a orillas de Lough Erne. En 2016, después de 3 años de complicada planificación, y demasiadas gestiones legales, The Boatyard Distillery consiguió finalmente abrir y producir su primera ginebra. Este momento de orgullo no habría sido posible sin la ayuda de su familia, que se volcó especialmente en la degustación.
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